Mi horno se ha tomado unas vacaciones. O más bien ha decidido que se ponía en huelga para protestar por el exceso de uso al que le someto todas las semanas. Vamos, que se ha roto.
La semana pasada llamé al técnico pero no pudo arreglarlo y se llevó la puerta al taller para cambiar las piezas que no funcionan. Así que, aquí estoy yo, con un blog de repostería entre manos y sin horno.
Pero no os preocupéis que soy una mujer de recursos y tengo algunos ases guardados en la manga. Hoy os voy a enseñar la tercera tarta que hice con fondant. Creo que vais a notar la diferencia con las que hago ahora. Aunque en su momento me parecía que estaba muy bien, hay algunos detalles que podría haber pulido un poco, pero claro, me doy cuenta ahora que tengo más experiencia.
Como fue mi tarta de cumpleaños, quería un tema que estuviera muy relacionado conmigo. Viajar es una de las cosas que más me gusta, así que unas maletas iban que ni pintadas. Además para decorarla hice pegatinas de algunos de los sitios que he visitado en los últimos años, pero son tantos los lugares a los que he ido últimamente, que no cabían todas y tuve que descartar algunas.
Cada uno de los pisos tenía un sabor diferente. El de abajo lo hice con un preparado para bizcochos con sabor a fresa. Para el relleno utilicé la crema de queso Philadelphia y chocolate Milka, que por aquel entonces llevaba poco tiempo en el mercado y que yo tenía muchas ganas de probar. El de arriba era un bizcocho de yogur casero rellenó de crema de café, también casera.
La verdad es que pensé que a todo el mundo le iba a gustar más la maleta de abajo y resultó que tuvo más éxito la de arriba. Así que ya sabéis, no hay nada como las cosas caseras. Por muy ricos que estén los preparados de bizcocho y los rellenos que compramos, no tienen ese toque de amor que se le pone a las cosas hechas en casa y eso al final se nota.
Bueno, espero que os haya gustado. Aquí me quedo pensando con que sorprender a mi familia este año. Mi cumple empieza a asomar en el horizonte y en poco más de un mes me caerá otra castaña. ¡Ay! Me tendré que quitar la pena con un dulcecito.
Pues a mi me parece espectacular esta tarta!! yo no veo los fallos que tu dices eh??? Me encantan!
ResponderEliminarBesitos
Gracias Lídia. Me alegra mucho que te guste y de que no se vean los fallos ;)
EliminarBesos
nunca se me ha roto el horno y algún día ocurrirá. entonces no sé qué voy a hacer con mi vida, jajaja. me encantan tus maletas ;)
ResponderEliminarbesos!
laurilla es muy duro ver mi horno, ahí, si su puerta. Y yo aquí sin poder hornear nada. ¿Será una locura tener uno de repuesto? ;)
EliminarPues hija, yo no veo fallos...
ResponderEliminarAlgún día haré una tarta parecida, pues como a ti, me encanta viajar y la repostería, jejeje...
Siempre dulce cocinillas...
Jajajaja, Ruth, es que soy muy exigente con mi trabajo. Me encantará ver tu tarta cuando la prepares.
EliminarUn beso.
Que preciosidad de tarta, he conocido tu blog por el premio que nos ha dado el blog La brujita en la cocina, me quedo por aqui siguiendo tus recetas. Besos
ResponderEliminarhttp://lacocinavioletadecarol.blogspot.com.es/
Muchas gracias Carol y enhorabuena por tu premio.
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