martes, 26 de marzo de 2013

Torrijas


Como no solo de fondant vive el hombre, hoy os voy a mostrar como hacemos en mi casa las torrijas. Seguro que cuando lo leáis os pasará por la cabeza la idea de que vosotros no las hacéis así, pero también pensad que esto es como la tortilla de patatas, cada uno le da su toque personal.


Vamos con los ingredientes:

1 barra de pan del día anterior (en las tiendas podéis encontrar barras de pan especiales para torrijas; a mí personalmente no me gustan, prefiero usar una barra de pan normal de toda la vida)
1 l de leche
8 cucharadas soperas de azúcar
canela en rama
un trozo de piel de limón
un trozo de piel de naranja
2 huevos
5 cucharadas soperas de miel
1 vaso de agua
azúcar y canela molida
aceite de oliva

Se pone en un cazo a hervir a fuego lento, removiendo de vez en cuando, la leche, las pieles del limón y la naranja, la rama de canela y el azúcar.


Mientras tanto vamos cortando el pan en rebanadas no muy gruesas y las vamos colocando en una bandeja.

Una vez que ha hervido la leche la vamos echando con un cazo por encima de cada rebanada. Echad un poco más de la mitad de la leche. Cuando veáis que ya están blandos los bordes del pan por la parte que está pegada a la bandeja, es el momento de darles la vuelta. Tened en cuenta que estarán bastante blanditas, así que hay que tener mucho cuidado al manipularlas. Echad el resto de la leche y a esperar a que empapen bien.


Mientras tanto batimos los huevos. También podemos ir preparando la mezcla de azúcar y canela en polvo que echaremos por encima de las torrijas cuando ya estén fritas.


Cuando los bordes del pan ya estén blandos, hay que preparar "la cadena de montaje de torrijas". A partir de este punto es un no parar. Lo primero preparar el almíbar, para lo que hay que poner en una cazuela el agua junto con la miel y un trocito de canela en rama y dejar hervir a fuego lento. 


También ponemos en una sartén una buena cantidad de aceite de oliva (cuando echemos las torrijas deben flotar) y tres o cuatro palillos de madera, lo que evitará que se forme espuma al freír las torrijas. Una vez que el aceite esté caliente, cogemos una de las rebanadas de pan, escurrimos el exceso de leche, la rebozamos en el huevo...


...y la echamos en la sartén. Una vez que esté dorada (y no antes, no seáis nerviosos) le damos la vuelta.  Dependiendo del tamaño de vuestra sartén podréis añadir dos o más torrijas a la vez.


Cuando esté lista por los dos lados, la sacamos, escurrimos bien el exceso de aceite y la metemos en la cazuela donde está el almíbar cociendo a fuego lento. La dejamos unos segundos, le damos la vuelta, la volvemos a dejar unos segundos y la sacamos. 


Ya solo nos queda espolvorearla por encima con la mezcla de azúcar y canela. 


Repitiendo este proceso con cada rebanada de pan tendremos listas nuestras torrijas para Semana Santa. Con un poco de práctica no es tan difícil ni laborioso como parece.


Me han quedado riquísimas. Y no es porque lo diga yo, lo dice la nevera... las preparé el domingo por la tarde y ya no queda ninguna.


Espero que os animéis a prepararlas. Hay que conservar las tradiciones, porque poco a poco las estamos perdiendo. Además esta tradición es de lo más dulce, ¿no os parece?


1 comentario:

  1. A mi me recuerdan a cuando era pequeñita que me las hacia mi madre ejjeje, qué tiempos aquellos!
    besos

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