¿No os encantan estas galletas? A mi me chiflan y por eso no las suelo comprar. Es abrir el paquete y empezar a comer una tras otra hasta que se termina. Y si consigo no comérmelas de un tirón y dejarlas en la despensa, cada vez que voy a la cocina me como una, y otra, y otra, hasta que se acaban. Vamos, que lo haga como lo haga no duran ni dos telediarios.
Como me gustan tanto tenía que probar a hacerlas y comprobar si las caseras están igual de buenas que las compradas. Os aseguro que no me decepcionaron en absoluto. Os diría que estaban aún más ricas que las originales.
Como me gustan tanto tenía que probar a hacerlas y comprobar si las caseras están igual de buenas que las compradas. Os aseguro que no me decepcionaron en absoluto. Os diría que estaban aún más ricas que las originales.
En las tiendas las podéis encontrar de naranja o de frambuesa. No me suelen gustar las mermeladas de naranja porque están muy amargas y tampoco las de frambuesa porque tienen muchas pepitas, pero la de fresa es mi favorita, así que innové un poco y las hice de ese sabor.
Ingredientes
Ingredientes
2 huevos
30 grs de harina
30 grs de maicena
60 grs de azúcar
1/2 cucharadita de vainilla en pasta
1 pizca de sal
Mermelada de fresa
Chocolate negro para fundir
Precalentamos el horno a 170ºC.
Ponemos en el vaso de la KitcheAid los huevos, el azúcar, la pizca de sal y la vainilla. Batimos a velocidad rápida unos 10 minutos aproximadamente para incorporar aire a la masa. La mezcla triplicará su volumen y tendrá un color blanquecino.
Tamizamos poco a poco la harina y la maicena sobre los huevos montados. Vamos mezclando con movimientos envolventes para que los huevos no se bajen. Procurad llegar al fondo del vaso, si no la harina se irá depositando abajo y la mezcla no tendrá la consistencia adecuada.
Rellenamos una manga pastelera con la mezcla anterior. Ponemos sobre la bandeja del horno un papel vegetal y sobre el vamos haciendo círculos con la masa del tamaño deseado y dejando una separación entre ellos ya que crecerán al hornearlos.
Horneamos a 170ºC durante unos 7-8 minutos. Ponemos sobre una rejilla para que se enfríen por completo.
Una vez fríos los bizcochitos, vamos a decorarlos.
Fundimos el chocolate en el microondas, removiendo cada pocos segundos para que no se queme. Mientras que el chocolate se atempera, vamos poniendo una cucharadita de mermelada centrada en la parte de abajo de los bizcochos. Metemos un poco en la nevera para que se enfríen. Después bañamos con chocolate la parte en la que hemos puesto la mermelada y dejamos endurecer el chocolate antes de comer.
Ya os he avisado que son un vicio. Cuando las preparéis y os comáis una no podréis parar hasta que se terminen. ¡Bon apettit!